La Rompida de la Hora

 El Bajo Aragón ruge el Jueves Santo

Planificar con tiempo las vacaciones de Semana Santa siempre es una buena opción. Una de las propuestas es unir tradición, fe y la música propia de estas fechas. Es así como surge la posibilidad de conocer la Rompida de la Hora y las tamborradas para anunciar y conmemorar la pasión y muerte de Jesús.

Era costumbre que cada Jueves Santo, en el oficio de Tinieblas, el pueblo hiciera ruido con matracas y que golpeara con mazas de madera los bancos y cualquier otro objeto, acción conocida en Catalunya y Valencia como fasos y que se cita en el Tirant lo Blanc como un acto litúrgico propio de estos días. Asimismo, era costumbre también que durante la Semana Santa no se hicieran juegos muy ruidosos, pero en caso de hacerse se jugara picando el suelo para así molestar al demonio.

También el Jueves Santo a medianoche los pueblos que integran el Bajo Aragón hacen sonar sus tambores hasta el Sábado Santo a mediodía. Cada pueblo tiene una hora, un día, un toque y un color distinto con respecto al resto en una tradición en la que los tamborileros se turnan y alguno llega incluso a tener heridas en las manos.


        Su origen se pierde en la memoria oral y escrita. Así, según la leyenda de los Castilletes, en 1127, en Calanda, un pastor alertó a la población con un tambor de la presencia de tropas musulmanas logrando evitar el ataque. Probablemente fueron las Órdenes Militares medievales las que llevaron los instrumentos hasta la zona. En esta población, en 1550, siguiendo las disposiciones del Concilio de Trento que prohibía todas las manifestaciones de religiosidad como autos sacramentales, la rompida fue prohibida a los pastores. Desde finales del siglo XVIII se configuró como se realiza en la actualidad y en 1905, mosén Vicente Allanegui decidió hacer una tamborrada colectiva con el fin de ampliar el número de acompañantes en la procesión. En Híjar, los escritos remiten al siglo XII y en Alcañiz dos siglos más tarde. Sin embargo, a partir del siglo XVI la Rompida se organizó gracias a la presencia en el Bajo Aragón de los monjes de la Orden Tercera de San Francisco.

Sin embargo, la Rompida y las tamborradas también tienen lugar en otras localidades. Es el caso de l’Alcora, con unos orígenes más modernos, en 1991. La tamborrada de la localidad murciana de Hellín tiene orígenes medievales. Parece ser que en la batalla de Sagrajas de 1086 los almorávides consiguieron la huida de las tropas cristianas gracias al uso que hicieron del tambor. Tras la Reconquista los musulmanes conversos se mofaban de los cristianos en la Semana Santa haciendo sonar los tambores y cualquier instrumento ruidoso. En 1411 San Vicente Ferrer, en su predicación en la localidad, se hizo acompañar por tambores. También está documentada la procesión de los Azotes de mediados del siglo XVIII que iba encabezada por dos hileras de tamborileros. Ya en 1876, ante las protestas del clero debido a la indisciplina y crecimiento de los tamborileros, éstos empezaron a tocar a su antojo fuera de las procesiones por las calles de la ciudad y a configurar, sin saberlo, la tamborrada actual.

Como se aprecia, hay muchas opciones para disfrutar de las tradiciones y diversidad de España  durante la Semana Santa.

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